Fight4Fun es un proyecto deportivo de boxeo con acompañamiento rehabilitador a las drogodependencias impulsado por la Asociación Bienestar y Desarrollo (ABD) desde 2016, que ayuda a personas que están en proceso de reducción del consumo a través del deporte y la comunidad. Entrevistamos al integrador social del CAS Baluard Alex Penas, que también es el coordinador del proyecto, financiado por el Ayuntamiento de Barcelona, para saber más sobre el objetivo de la iniciativa y el impacto en las personas que acompaña.
– ¿Cuál es el objetivo de Fight4Fun?
El objetivo principal es ayudar a reducir el consumo, a llevar una vida más saludable, y encontrar un lugar fuera del ámbito de drogas donde te sientas bien, estés a gusto y te sientas parte de un grupo.
– ¿Por qué se puso en marcha el proyecto? ¿Cuál era la intención?
Lo puso en marcha Pau, un compañero de trabajo, que hacía boxeo y le gustaba mucho. Vió que había otros usuarios que estaban encantados de poder evadirse, de hacer un poco de deporte. Empezó a hacer los entrenamientos en la calle, en el parque, hasta que la Fundación EsportSalus nos puso en contacto con Mani, que es el actual entrenador; luego encontramos un gimnasio, y poco a poco se fue labrando el camino que hemos hecho hasta ahora.
«En cada entrenamiento entra una persona y sale otra»
– Empezasteis en los parques, entonces.
Sí, con los usuarios del CAS Baluard (Barcelona). Como son gente con horarios más complicados, cuando tenía cuatro o cinco los juntaba y decía «venga, vayamos un rato al parque», donde entrenaban.
– ¿Ahora dónde se hace?
En Poble Sec (Barcelona), en el gimnasio DKSR, y ahora es un entrenamiento profesional de boxeo.
– ¿Y cómo funciona?
Los usuarios fijos son personas que habían sido usuarias del CAS Baluard. La mayoría han ido condensando el consumo y han empezado a llevar un proceso que les permite llevar la rutina de ir allá cada martes, jueves y viernes de 10h a 11h. Tienen recaídas y sus momentos, pero son gente que lleva tiempo.
– ¿Y quién contacta con las personas usuarias?
Yo contacto con personas usuarias de Baluard, pero cuesta mucho fidelizarlas, porque es difícil que gente que consuma pueda seguir esta rutina. Es por eso que tienen que empezar un proceso de reducción de consumo y tener un lugar donde dormir bien, ya que la mayoría son gente que está en la calle. Porque claro, si una persona ha dormido una noche en la calle y se tiene que levantar para ir a un entrenamiento de boxeo que es un poco duro… cuesta, cuesta.

– ¿Cómo ayuda el proyecto a que las personas que están reduciendo el consumo continúen el camino de la reducción de daños?
Gracias a tener el horario de entrenamiento y decir «hoy tengo que estar bien porque tengo que entrenar», la noche anterior no consumen e intentan dormir bien. Es esta rutina la que hace que poco a poco dejen de consumir.
«El grupo hace mucha piña: cuando alguien tiene un problema se le intenta ayudar de alguna manera»
– ¿Formar parte de un grupo, que el proyecto tenga una parte comunitaria y de no estar solo en el proceso, sirve a la hora de salir adelante?
Va super bien. El grupo hace mucha piña. Cuando alguien tiene un problema lo explica al grupo, que lo intenta ayudar de alguna manera, o yo también me puedo implicar algo más para ayudarlo, o contacto con su trabajador/a social o educador/a. Esta sensación de comunidad les va muy bien para mantener este procedimiento de dejar el tratamiento de drogas.
– ¿Les ayuda a recuperar la confianza tanto en ellos mismos como en las otras personas?
Sí, sí, y tanto. Quizás un día estás muy bajo de ánimos, y este es el problema: cuando estás muy abajo quizás te cuesta ir al entrenamiento, pero cuando sales… salen todos con muchísima energía para enfrentar cualquier problema que tengan.
– Las personas usuarias del CAS de Sants que hicieron un taller de escalada explicaban que durante la escalada tienes que tener confianza en el otro porque te tiene que asegurar. ¿Pasa lo mismo en el caso del boxeo?
El boxeo es un deporte de contacto, pero el entrenamiento es un deporte muy técnico, físico. Cuando ya llevan mucho tiempo sí que hay días que hacen más contacto, pero en general no van a pelearse. Entre ellos se ayudan, porque el profesor te está mirando y te está controlando todo el rato, pero quizás haces técnica con un compañero y uno le explica al otro si tiene más conocimiento.
– ¿Ha habido cambios en el proyecto desde el inicio?
No, continúa igual. Lo que intentamos ahora es recuperar las salidas que se hacían antes de la pandemia e ir a ver combates. Tenemos a gente de fuera que no son usuarios/as que vienen a dar una ayuda y un apoyo emocional. Por ejemplo, hay un chico que se llama Newton, que es amateur y hace combates a nivel catalán, y lo vamos a ver a veces.
– ¿Os habéis encontrado con algún tipo de discriminación?
Cuando entramos en el gimnasio fue un poco extraño, pero todo al contrario: una vez hemos empezado a ir y nos han conocido se ha hecho piña también con los del gimnasio.
«Solo con que vengan y sean capaces de ser constantes tres veces a la semana les ayuda a buscar trabajo porque se sienten capaces de seguir un horario»
– ¿Qué mejoras observáis en las personas usuarias que participan en el proyecto? ¿Cómo empiezan y cómo acaban?
Ser constante en algo con gente que no tiene ningún tipo de horario, que no tiene ningún tipo de relación obligatoria… solo con que vengan y sean capaces de ser constantes tres veces a la semana, les ayuda a buscar trabajo porque se sienten capaces de seguir un horario. Ya hay un par de chicos que no pueden venir porque el horario del entrenamiento es por la mañana y están en el trabajo.
– ¿Cuántas personas han participado este 2022? ¿Y de qué edad?
Unas 19. La media de edad está entre 40 y 45 años. Gente más joven va viniendo, pero no los he conseguido fidelizar. Por ejemplo, tenía un chico de 22 años, vino durante un mes y poco, pero encontró trabajo y no ha podido volver.
– ¿Todos son hombres o hay alguna mujer?
Hay una mujer que estaba viniendo hasta hace una semana. Llevaba un mes o dos asistiendo, pero le he perdido la pista. Fidelizar es complicado y que sea una mujer más, a pesar de que viene a clase y hace piña con todos igual y es una más.

– ¿Qué creéis que se puede hacer para que vengan más mujeres a los talleres?
Yo esperaba que viniendo esta mujer podría animar a otras mujeres, porque muchas me dicen que quieren venir. Solo empezar, había dos mujeres que venían siempre, pero hicieron su proceso, se marcharon de Barcelona y no volvieron.
«Trabajando en reducción de daños pocas veces ves la evolución, porque normalmente cuando le va bien a una persona, desaparece. En el boxeo sí»
– ¿A ti qué te aporta formar parte de Fight4Fun?
Trabajando en reducción de daños pocas veces ves la evolución del usuario hacia mejor, porque normalmente cuando le va bien a una persona, desaparece. En cambio, en el boxeo ves el proceso de estas personas. Y esto de vez en cuando está muy bien.
– ¿Qué les dirías tanto a mujeres como hombres para que se apuntaran a Fight4Fun?
Yo les diría que en cada entrenamiento entra una persona y sale otra. Saldrás mejor de lo que has entrado cada día que vas.
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