La Fundación ABD colabora en la creación de una guía de buenas prácticas en reducción de daños asociados al consumo de drogas

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La publicación ha sido impulsada por la Red Iberoamericana de Organizaciones No Gubernamentales que trabajan en Drogas y adicciones (RIOD) en su estrategia para el fortalecimiento e impulso de políticas y programas de reducción de daños asociados al consumo problemático de drogas

La presidenta de ABD y vicepresidenta de la RIOD, Felisa Pérez, ha destacado que con este trabajo se quiere facilitar la labor de responsables de políticas públicas de drogas y de organismos e instituciones que intervienen sobre el terreno, así como ofrecer información a la población en general para poder desmontar mitos y reforzar realidades sobre el enfoque de reducción de daños.

El acto ha sido inaugurado por la Delegada del Gobierno para el Plan Nacional Sobre Drogas, Azucena Martí, la cual ha indicado que “hay que hacer un esfuerzo para exportar el modelo español de atención a las drogodependencias”

La Asociación Bienestar y Desarrollo (ABD), a través de su fundación, ha participado de la redacción de la publicación “La reducción de daños en la intervención con drogas. Conceptos y buenas prácticas”. El documento (aquí), impulsado por La Red Iberoamericana de Organizaciones No Gubernamentales que trabajan en Drogas y adicciones (RIOD), se ha presentado esta mañana en la sede de la delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas en Madrid. El acto ha sido inaugurado precisamente por la Delegada del Gobierno para el Plan Nacional Sobre Drogas, Azucena Martí.

La guía se enmarca en el desarrollo de una estrategia para el fortalecimiento e impulso de políticas y programas de reducción de daños asociados al consumo problemático de drogas en Iberoamérica y nace con vocación de ser una herramienta que ayude a la incorporación del enfoque de reducción de daños en la intervención con drogas. También pretende facilitar el monitoreo de la calidad de la atención y evaluación de las políticas y recursos dirigidos a personas usuarias de drogas en situaciones de alta vulnerabilidad socio-sanitaria.

En concreto, la guía tiene un doble objetivo. Por un lado, quiere facilitar la labor de responsables de políticas públicas de drogas y de organismos e instituciones que intervengan sobre el terreno y, por el otro, busca ofrecer información a la población en general para poder desmontar los mitos y reforzar las realidades que existen alrededor del enfoque de reducción de daños.

En este sentido, durante la presentación de la publicación, la vicepresidenta de la RIOD y presidenta de ABD, Felisa Pérez, ha resaltado que “lo que se pretende con esta guía es transferir conocimiento entre fronteras, poniendo en valor nuestra experiencia”. Por este motivo, ha hecho hincapié en que los equipos políticos y técnicos de los gobiernos y de las diferentes administraciones “deben dotarse de formación, de conocimiento y contenido que les ayuden a defender y poner en práctica políticas públicas, servicios y programas imprescindibles para la salud y el bienestar colectivo, a pesar de que, por novedosos, por desconocimiento o por miedo puedan recibir críticas o deban afrontar dificultades en su implementación”.

En la propia publicación, Felisa Pérez también remarca que aquellos países que han incorporado el enfoque de reducción de riesgos y daños en sus políticas nacionales han experimentado la posibilidad de implementar aproximaciones innovadoras y complementarias a las ya existentes. Además, “los resultados obtenidos permiten asegurar la legitimidad que tienen las intervenciones basadas en el enfoque de reducción de riesgos y daños, ya que existe amplia evidencia de su efectividad e impacto en la salud y calidad de vida de las personas”, concluye.

Tal y como ha expuesto la propia Felisa Pérez, la elaboración de la guía es una de las cuatro líneas de acción desarrolladas por la RIOD durante el 2018. Los otros tres puntos de actuación son la sensibilización sobre la reducción de daños entre las autoridades que toman decisiones, la capacitación a todas las personas y organismos que trabajan con drogodependencias, así como la identificación de recursos que trabajan con reducción de daños en América y en el Caribe.

De su parte, Azucena Martí ha felicitado a la RIOD y a las entidades que la integran por su labor y, en concreto, por la presentación de la guía. Además, la Delegada del Gobierno para el Plan Nacional Sobre Drogas ha remarcado que hay que hacer un esfuerzo “para exportar el modelo español de atención a las drogodependencias”. Un modelo que “hace que la persona viva dignamente su situación” y en el que “somos referentes a nivel europeo”, ha resaltado.

En la presentación de la guía también ha participado el director del Área de Drogas de ABD, Josep Rovira, el cual ha detallado las virtudes del modelo de reducción de daños: “Es un modelo de intervención preventiva y asistencial que se adapta a las necesidades de las personas y que atiende al consumo con un enfoque de salud pública y que respeta los derechos de las personas consumidoras”. En este sentido, ha señalado que es un modelo que incorpora la perspectiva de los derechos humanos dejando claro que “lo que nos importa es la vida de las personas y no su abstinencia”. Finalmente ha recordado que “España se ha beneficiado de la aplicación de la reducción de daños”.

¿Qué son los programas de reducción de daños?

Los programas de reducción de daños se entienden como todas aquellas “políticas, programas y prácticas orientadas principalmente a reducir las consecuencias adversas sanitarias, sociales y económicas derivadas del consumo de drogas psicoactivas legales e ilegales, sin abandonar necesariamente el consumo de drogas” (Reducción de Daños Internacional -HRI-, 2018). Es un concepto que engloba tanto a la salud pública como a los derechos humanos, una estrategia fuertemente arraigada en el humanitarismo que rechaza todo tipo de discriminación, estereotipo y estigmatización de las personas que usan drogas.

¿Qué encontraremos en la guía?

La publicación “La reducción de daños en la intervención con drogas. Conceptos y buenas prácticas” incluye seis apartados diferenciados. En los dos primeros se expone la visión conceptual de la reducción de riesgos y de daños y el enfoque de sus intervenciones en el contexto de España y América Latina. En el apartado tercero y cuarto se identifican los dispositivos y programas de reducción de riesgos y daños y las herramientas para evaluar la calidad de este modelo de intervención. Y finalmente, en las dos últimas secciones se identifican ejemplos de buenas prácticas en este campo en España y en América Latina.

El caso pionero de Energy Control

Sobre los casos de buenas prácticas en España por ejemplo destaca el programa pionero Energy Control, impulsado precisamente por ABD, el cual busca establecer contacto con personas consumidoras de alcohol y otras drogas que frecuentan los espacios recreativos de música y baile y transmitirles información con la finalidad de reducir los riesgos asociados al consumo. Con más de 20 años de trayectoria, ha puesto de manifiesto ser una iniciativa pertinente y eficaz para contactar con población que, de otro modo sería difícil acceder, estableciéndose como recurso referente tanto para la población diana a la que se dirige como profesionales del ámbito de la educación y la salud, así como de la industria del ocio, medios de comunicación o la comunidad científica.

Desde su nacimiento en 1997, Energy Control ha estado formado por un equipo de personas jóvenes y afines a la cultura de la música y el baile. Anualmente, han participado una media de 100 voluntario/as a nivel estatal procedentes de la propia población diana. Cada año, se realizan una media de 120 actuaciones preventivas en eventos de ocio de España en los cuales se establece contacto con miles de jóvenes (más de 29.000 en 2017).