Cooltorise celebra dos eventos finales en Barcelona y Madrid

Recoge experiencias inspiradoras de resiliencia frente a la pobreza energética en verano

El pasado mes de abril, el primer proyecto Horizon 2020 que aborda la pobreza energética en verano, Cooltorise, concluyó con dos eventos finales locales en Barcelona y Madrid.

Durante el encuentro en Madrid, organizado por la Unidad de Cultura Científica de la Universidad Politécnica de Madrid, las y los participantes se centraron en compartir experiencias y reflexiones vinculadas a las actividades de empoderamiento ciudadano, que incluyen talleres sobre la comprensión de las facturas energéticas, la cultura de gestión del calor o la implementación de intervenciones específicas en el espacio público.

Iniciativas ciudadanas y propuestas de adaptación al calor

En la actividad participaron varios movimientos de base. Entre ellos, una serie de iniciativas ciudadanas cuyo objetivo es revitalizar los barrios y hacer del acceso a la energía un derecho fundamental. #NoalaTala, por ejemplo, explicó sus acciones para la preservación de árboles y para estimular el diálogo sobre cómo dichos movimientos fomentan la conciencia ecológica y la cohesión comunitaria. Por su parte, La Termometrada mostró sus actividades de medición de la temperatura en diferentes áreas de la ciudad y arrojó luz sobre las variaciones significativas de temperatura entre los barrios. De manera similar, Bloques en transición destacó el potencial de las comunidades locales para activar mecanismos de resistencia colectiva que tienen por objetivo mitigar los impactos ecológicos y sociales de la crisis climática.

A su vez, el evento en Madrid replicó la naturaleza interactiva de los talleres de Cooltorise en los que se discute con la ciudadanía acerca de las mejores estrategias para adaptarse al calor en verano. Estas estrategias incluyen varias medidas, desde el incremento de la vegetación hasta el acceso a refugios climáticos equipados con sombra, humidificación y fuentes de agua. En este contexto, se comentaron propuestas como el aumento de la vegetación en plazas, parques y fachadas, así como la posibilidad de abrir los parques por la noche o de instalar difusores de agua. Además, a lo largo de la jornada se hizo evidente la pertinencia de escuchar activamente no sólo las preocupaciones de la ciudadanía, sino también sus propuestas constructivas de resiliencia climática y las experiencias cotidianas de gestión del calor.

Foro de la Energía Sostenible en Barcelona

ABD y Ecoserveis organizaron una nueva edición del Foro de la Energía Sostenible en Barcelona el pasado 26 de abril. Una jornada que, a su vez, concluía los proyectos Cooltorise y Climate Pact; y que se centró en la Resiliencia Climática Urbana. 

La meteoróloga, comunicadora y embajadora del European Climate Pact, Isabel Moreno, abrió la jornada con una conferencia en la que mostró las principales evidencias del cambio climático en términos de subida de las temperaturas. Subrayó, por ejemplo, el caso catalán, donde las temperaturas por encima de 40 grados son cada vez más frecuentes y se registran mayor cantidad de noches tropicales. En opinión de Moreno, es clave entender el cambio climático desde su dimensión social, y no sólo desde el punto de vista meteorológico. Moreno recordó que, cuando se trata de abordar las consecuencias del calor, “el código postal es más importante que el código genético”, y transmitió un mensaje final de urgencia y esperanza para “imaginar el mejor futuro posible y caminar hacia él”.

Iniciativas y retos de adaptación al calor

Tras la conferencia inaugural, se presentaron una serie de iniciativas de adaptación al calor. La primera fue la Red de refugios climáticos del área metropolitana de Barcelona, de la mano de Elena Lacort, quien señaló que este verano habrá 158 refugios climáticos en 22 municipios. En segundo lugar, Filka Sekulova, del proyecto Coolschools, analizó el impacto de la naturalización de los entornos escolares; y presentó evidencias de sus efectos positivos no sólo en términos de resiliencia climática, sino también desde un punto de vista pedagógico y de justicia social. En el caso de proyectos como este, la sequía o los recortes presupuestarios sobrevenidos ponen sobre la mesa dificultades que merman su capacidad de impacto en el largo plazo. Después, Mònica Plana (ABD) y Clara Ferrer (Ecoserveis) trataron los resultados positivos del proyecto Cooltorise, en particular, con relación al empoderamiento ciudadano a la hora de implementar actividades de resiliencia climática y la participación del voluntariado. Finalmente, Mar Campanero presentó el plan climático del Ayuntamiento de Barcelona, que incluye varias medidas de mitigación y adaptación al calor.

La segunda parte de la mañana se centró en los retos relativos a la adaptación climática. Tamara Iungman, de ISGlobal, habló de las estrategias urbanas de adaptación al calor y, en particular, de los beneficios de la vegetación. A continuación, Miguel Núñez, del grupo Habitat, Energy and Architecture in Transition de la Universidad Politécnica de Madrid, identificó una serie de diferencias entre áreas de la ciudad con relación a la vulnerabilidad al calor para, con ello, poner sobre la mesa la necesidad de mejorar el espacio público. María Cruz Ferreira, secretaria de Energía, sostenibilidad y acción climática de la región de Murcia, presentó las soluciones que se han implementado en el sur de España, en particular, aquellas que tienen que ver con el abordaje de la sequía. La mesa redonda se cerró con Emilio Servera, de la fundación València Clima i Energia, que explicó los planes y estrategias implementados en dicha región para adaptarse al calor de verano. Y con Jordi Cipriano, de CIMNE, que abordó las ventajas del mapa de vulnerabilidad de la mano del proyecto Climate Ready Barcelona, todavía en desarrollo.

Ambas sesiones, en Madrid y Barcelona, fueron sumamente enriquecedoras y abordaron el fenómeno de la pobreza energética de verano en Europa desde un punto de vista interdisciplinar y adaptado a las necesidades de cada territorio.