La fisioterapia en entornos residenciales, clave para mejorar la calidad de vida de las personas con demencia

Un modelo de atención centrado en la persona, sin sujeciones físicas y con un trabajo coordinado de todo el equipo profesional

La Residencia y Centro de Día Alta Ribagorça, gestionada por el Grupo ABD y acreditada por la Confederación Española de Organizaciones de Mayores «CEOMA» como centro libre de sujeciones, apuesta firmemente por la fisioterapia como herramienta esencial para favorecer el bienestar y la calidad de vida de las personas con demencia.

Mediante ejercicios y actividades adaptadas, el servicio de fisioterapia trabaja para mantener la movilidad, el equilibrio y la fuerza muscular, al mismo tiempo que estimula la cognición y favorece el bienestar emocional de las personas usuarias. En coherencia con el compromiso de ser un centro libre de sujeciones físicas, se priorizan estrategias de seguridad y adaptación del entorno que permitan prevenir caídas y promover la máxima autonomía posible.

Según explica Inma Prim, directora del centro y delegada territorial de ABD en la provincia de Lleida: “El trabajo de la fisioterapia es mucho más que rehabilitar: es prevenir, es acompañar y es respetar la dignidad de las personas. El equipo de fisioterapeutas del Centro, Alba y Jadir, realiza una labor imprescindible, pero lo más importante es que todo el equipo profesional del centro colabora activamente para dar continuidad a las pautas e indicaciones, integrándolas en la vida cotidiana de las personas usuarias.”

Este trabajo coordinado entre fisioterapeutas, auxiliares, equipo técnico y servicios generales es fundamental para mantener y mejorar las capacidades físicas de las personas, fomentando su autonomía y calidad de vida. La implicación de todos los profesionales garantiza que las pautas e indicaciones de los fisioterapeutas tengan continuidad en las actividades cotidianas, favoreciendo así una atención integral y personalizada.

Experiencias que transforman vidas

Uno de los casos más significativos es el de Carles, usuario del centro, que llegó utilizando de forma permanente la silla de ruedas. Gracias a un plan de fisioterapia personalizado y a la implicación de todo el equipo profesional, ha pasado a desplazarse por el centro con el uso de una muleta, recuperando parte de su autonomía y ganando seguridad y confianza en sus movimientos. Lo más importante, sin embargo, es que —tal como él mismo ha expresado— ha recuperado las ganas de vivir: antes se sentía apagado y ahora es feliz.

Otro caso es el de un señor que ingresó derivado de otro servicio con pauta de sujeciones físicas durante el día y la noche. El trabajo conjunto con el equipo de profesionales no solo permitió retirar estas sujeciones, sino que también consiguió que la persona volviera a deambular por el centro con el acompañamiento y apoyo de un profesional. Este proceso significó recuperar su dignidad y libertad personal, devolviéndole la confianza para moverse de nuevo en un entorno seguro y acogedor.

Estas historias ejemplifican el valor añadido que la fisioterapia aporta al día a día de la Residencia y Centro de Día Alta Ribagorça: no solo mejorar la movilidad, sino también devolver confianza, dignidad, felicidad y calidad de vida a las personas.

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