Movilización ciudadana y empoderamiento ante el cambio climático: el ejemplo de COOLTORISE

El voluntariado del proyecto comparte su experiencia como Agentes de Pobreza Energética de Verano

“Aprendí mucho y conocí a muchas personas a las que pudimos ayudar”. Estas son las palabras de Jessica, estudiante de geografía, análisis territorial y sostenibilidad. Ella es una de las 40 SEPA (Summer Energy Poverty Agents) formadas en el área de Barcelona para el proyecto Cooltorise, centrado en la pobreza energética estival. Son personas voluntarias que asumieron la responsabilidad de realizar talleres para la ciudadanía, principalmente en los meses previos al verano y como medida proactiva para impulsar la concienciación colectiva sobre las estrategias más efectivas para mitigar a los impactos del calor estival —con especial atención a los hogares más vulnerables a los efectos del cambio climático—.

Los 64 talleres realizados por estos agentes a través del Grupo ABD y la Asociación Ecoserveis entre 2022 y 2023 han llegado a 540 participantes en Barcelona y en el área metropolitana. Y se han centrado en dos aspectos principales: ofrecer a las personas asistentes la información esencial para optimizar las facturas del hogar (gas, agua y luz) y concienciar y motivar en la adopción de hábitos que mejoren el uso de estrategias de refrigeración, para contribuir así a la protección de las personas más vulnerables a los efectos del calor.

Pero estas actividades van más allá de ofrecer consejos prácticos: buscan dar a conocer a la ciudadanía sus derechos energéticos y dotarla de canales y estrategias efectivas para hacerlos valer de forma eficaz. Es decir, actúan como un catalizador y fomentan la movilización social por el cambio climático.

La experiencia de Andrea es un ejemplo. Esta agente encontró en Cooltorise una plataforma ideal para combinar su pasión por el activismo climático con la dimensión social del voluntariado. Se describe a sí misma como una persona “consciente social y medioambientalmente”, y dio salida a su interés por la pobreza energética a través de un mapping en el Jardí Fènix, diversas intervenciones en espacios exteriores como el Espai Llavors y la participación en talleres.

Como consecuencia de la crisis climática, la severidad de los episodios climáticos extremos y de las oleadas de calor está provocando un profundo impacto en nuestra vida diaria. Pero el aumento de las temperaturas y la frecuencia de los episodios meteorológicos extremos no son solo inconvenientes, sino que constituyen amenazas directas para nuestra salud y bienestar.

Para hacer frente colectivamente a estos retos, es crucial integrar las consideraciones de las necesidades de refrigeración y la amenaza de sobrecalentamiento en el discurso más amplio sobre la pobreza energética. Esta necesidad de estrategias integrales de mitigación y adaptación al clima se convierte en una tarea urgente cuando se dirige a personas en situación de vulnerabilidad.

En ese sentido, la movilización ciudadana es crucial. No solo para dar visibilidad a demandas específicas relacionadas con el cambio climático en los medios de comunicación y situarlas en la agenda política, sino también para fomentar el empoderamiento colectivo y evitar que los grupos más vulnerables a los efectos del cambio climático sean a la vez los menos informados sobre las mejores estrategias para enfrentarse a ellos. Además, la colaboración ciudadana, el empoderamiento mutuo y el aumento del conocimiento colectivo de abajo a arriba son algunos de los pilares de futuras sociedades más cooperativas e igualitarias.

En este sentido, Brisa, otra de las personas voluntarias del proyecto, destaca la importancia de garantizar que estas tareas de difusión y sensibilización lleguen a las generaciones que heredarán los retos que impone la crisis climática. A través de Cooltorise, Brisa canalizó su interés por la pobreza energética en Barcelona y Cataluña, y contribuyó activamente a organizar actividades para niños, adolescentes y jóvenes con Coolkids.

Las experiencias de Jessica, Andrea y Brisa son un claro ejemplo del potencial del empoderamiento ciudadano para hacer frente a los efectos negativos del cambio climático que afectan de manera severa y frecuente a las personas en situaciones de vulnerabilidad en nuestras sociedades.